viernes, 28 de enero de 2011

El problema del cortoplacismo, y la ceguera del largo plazo.

Cuando alguien me da un papel de esos en la calle, que son propaganda de algo, yo no suelo recibirlo, si identifico lo que se ofrece. Antes de ello ya decidí si quiero o no lo que ofrecen. Y no lo recibo porque es más eficiente para quien le paga a la persona que volantea, pero no para la persona que volantea. A la persona que volantea le pagan por repartir todo lo que pueda. No le interesa si su cliente conseguirá su objetivo de llegar al público objetivo que busca. No le importan que si menos papel se usa, menos árboles son talados, ni que las personas terminarán tirando en la calle los papeles, si no les encuentran utilidad. Él está pensando solamente en que le paguen por terminar de repartir sus volantes. Este es el dilema de pensar sólo en el corto plazo. Tú sientes que sí estás haciendo algo que te favorece, pero no ves que de una manera indirecta, te andas perjudicando. Si el que paga al que volantea, siente que no está funcionando, simplemente dejará de pagarle para que lo haga, y perderá una fuente de ingreso. El problema es, ¿cómo conseguimos que las personas consideren el largo plazo, si ya es bastante difícil que lo hagan en decisiones de corto alcance? Aún pienso en un plan adecuado para ello, pero parece que la solución está en el cambio o mejora de la sociedad en su conjunto. Habrá que intentar.

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