domingo, 4 de diciembre de 2011

El concierto de Calle 13 no fue el baile de los pobres.


En el concierto de Calle 13, habían dos zonas. Una de 40 y una de 100 soles. Aunque puede ser porque yo tampoco soy pobre y fui a la zona de 100 soles, la gente que andaba en la zona de 100 ni ca' era pobre. Lamentablemente hay una relación directa entre ingreso económico familiar, y comportamiento regular. Yo vivo en Comas, así que mi comportamiento no es de alguien que vive en San Isidro o Miraflores. Se me nota, así como yo noto a alguien pudiente. Y así es como noté que el 99.9% de la gente con la que me crucé, hubiera pagado 500 sin problemas para estar en una zona recontra-súper-archi-VIP. Me ha gustado que el concierto se divida en dos zonas más por un tema de disposición física, que por una tema de hacer sentir a la gente VIP, súper VIP, Platinum, etc. La universidad Vallejo se merece un WIN por esta disposición.

   Volviendo al punto, en esta zona vi a casi todos gringos y blanquiñosos pudientes, turistas y nacionales, con su chela en mano, dando vueltas y bailando a la espera del concierto. Parecía un tono en Miraflores, solo que las flacas no andaban en vestido. Pero eso sí; todos con mucha buena vibra.

   Cuando arrancaron con el "Baile de los pobres" me sorprendió oir cómo la cantaban y se sentían tan identificados con la letra. Era como si "acá no tenemos plata, pero tenemos cobre" fuera verdad para ellos. ¡En la vida, pues! Yo creo que son de los que se gastan 300 lucas en una salida sin ningún problema, cuando por acá por Comas hay familias de a 6 integrantes que viven todo un mes con 600 soles. Pero fácil que sentirán que les falta plata porque no pueden tener la vida que quieren, si no que tienen la vida que pueden, como todos nosotros. Yo creo que si andas leyendo esto en tu notebook ya eres parte de una élite, como yo.

   Luego el René fue hablando de educación gratuita, desaparecidos, y temas políticos de ese tipo. Nuevamente la gente pudiente aplaudía y hacía válidas las afirmaciones de Calle 13. Me parecía raro; tengo la imagen que la gente pudiente no tiene interés real en cambiar el status quo y que todos los que reclaman son terroristas. Shame on me.

  A las finales me fui con la sensación que Calle 13 les ayuda a canalizar malestares de justicia social que todos tenemos. Les permite sentirse parte de un algo más grande que busca un cambio en la sociedad y que ayude a que más gente tenga mejores condiciones de vida. Me alegró eso. Quiere decir que hay una generación de gente pudiente con estos temas en la cabeza. Eso es bueno. Espero que anden buscando métodos para hacer tangibles esos deseos y que no se quede en la clásica chocolatada de navidad. En el Perú hay mucho por hacer, y tener en mente que el Perú está más allá que San Isidro y Miraflores, está cabrón.

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