domingo, 4 de diciembre de 2011

Alimenta mi EGO y distribuye mis ideas si te parecen buenas


Si has leído mi explicación de porqué hago este blog, verás que no hablo de mi ego, y no lo hablo porque es implícito, o porque mi ego prefiere no mostrarse. Así es más fácil para él hacerme pensar que mis ideas son importantes y que van a cambiar al mundo, y que valen la pena distribuirlas, pero ya es hora que seamos conscientes de que nuestros egos nos dominan.

   Cada vez que decimos algo en voz alta, lo decimos para que los demás nos aprueben, nos digan que es correcto, nos hagan sentir capaces e inteligentes, y de pasada, puede que resolvamos algún problema o ayudemos a alguien con ello.

    No es al revés. No es que tú quieras ayudar a solucionar algo y luego tal vez, exista algo de ego. Es al revés. Tú quieres sentirte bien con lo que solucionas. Quieres sentir esa sensación agradable de cuando tu jefe te da la razón, cuando tu familia te agradece el consejo, o cuando la señora del carro te agradece por la ayuda. Y no; no te engañes. No lo haces por buena gente, por buen cristiano, porque andas comprometido con el cambio, ni nada de eso; lo haces primeramente por tu ego, y luego por lo demás.

    Lamentablemente, no hay otra forma de hacer las cosas. Si es que puedes colaborar con la solución del problema, tienes que hacerlo. Felizmente tu ego te da el placer que necesitas para que sigas hasta el final en ese problema, porque si no no lo harías. ¿Cuántos problemas existen y de cuántos te ocupas? ¿Porqué te ocupas de uno en particular? Porque puedes solucionarlo o apoyar a su solución de alguna manera. Si no pudieras hacerlo, tu ego no se alimentaría, y no continuarías con esa solución. Seguramente te ha pasado. Has intentado participar de algo que en un tiempo corto, has dejado por un proyecto diferente. Así somos todos. No te sientas mal, pero sí tienes que ser consciente que eres dominado por tu ego, para poder hacerlo bien. A veces el ego te engaña para que sigas haciendo algo que realmente no ayuda a la solución, pero te hace pensar que sí para que sigas alimentándolo. Tienes que ser consciente de esto porque tienes que plantear los mecanismos para verificar si realmente estás ayudando a la solución del problema, que sean ajenos a tu manipulable percepción. Acá es donde métodos como el científico, o la dinámica de Sistemas te pueden ayudar a vencer a tu ego (recomiendo el método sistémico, porque es más amplio e integral). Usando estos mecanismos podrás ver mejor tu aporte a la solución del problema, y tu ego te ayudará a continuar hasta el final en un problema que realemente estás ayudando a solucionar.

   Esperando que ya conozcas tu ego, mi ego te agradece que lo hayas leído, y espero que me hagas saber si mi ego me anda engañando, o si en verdad el plantear esta idea ha ayudado a solucionar un problema real.

1 comentario: