El tiempo que toma trasladarse de tu casa a tu trabajo debe ser considerado horas invertidas al trabajo.

Suena raro, pero la idea inicial de trabajar solo 8 horas, y no 16 como en antaño, era porque en la era industrial (hace tanto tiempo que vivimos nueva era y seguimos sin cambiar) se decidió que lo ideal era tener 8 horas para dormir, 8 para trabajar y 8 para vivir, porque la idea de trabajar es para poder vivir la vida que uno quiere, ¿pero cómo es en la práctica?

Digamos que entras a las 9:00 am.

Por ser hora punta, que te tome 1 hora trasladarte a tu trabajo (siendo muy optimistas).

Digamos que alistarte y desayunar también te tome una hora. Deberías dormirte a las 11:00 pm para poder dormir las 8 horas y levantarte a las 7:00 am.

Sales de tu trabajo a las 6:00pm (O más, sin pago de horas extras muchas veces). Por ser hora punta que te tome 1 hora llegar a tu casa o a donde quieras ir. La verdad es que estoy siendo benevolente. Llegarás 7:00 pm a tu casa, teniendo solo hasta las 11:00 pm para "vivir tu vida", que es la hora a la que debes dormir para levantarte 07:00 am nuevamente, y por cierto; no puedes hacer nada con tu vida que pueda perjudicar tu trabajo del día siguiente, lo que quiere decir que de por sí "vivir tu vida" ya es limitada.

    Haciendo el cálculo queda así; 12 horas invertidas al trabajo (porque te despiertas para alistarte para ir a trabajar, y almuerzas solo una hora y a las justas para seguir trabajando. Esos tiempos están invertidos en trabajar; no en ti mismo), 8 horas para dormir, y 4 para vivir tu vida. ¿Qué clase de adecuada repartición del tiempo es esta? Un trabajo pensado en el esquema clásico de las 8 horas es una gran mentira en la práctica. ¿Qué empresa se arriesgará a considerar esto, preocupados por elevar el nivel de vida de sus trabajadores? Yo no conozco ninguna. Espero algún día hacer una así. Mientras tanto, avísenme si es que conocen alguna en la que esto pueda ser por lo menos, motivo de discusión, que creo que al menos, sería una empresa que tiene algo de interés en desarrollar a sus empleados como algo más que simples engranajes de sus mecanismos de hacer dinero.