martes, 8 de enero de 2013

Tienes que llevar un taller de clown en Bola Roja


¿Has visto Pataclaun? ¿Sí? Ya; eso no es clown. ¿Has oído de los doctores bola roja? ¿Sí? Ya; no es lo mismo que ir en mancha a llevar juguetes y chocolatada a un grupo de gente. Yo me metí a un taller de solo dos días para aprender un poquito de cómo ser clown, porque yo también quiero ser doctor bola roja, y me encontré con varias personas que estaban interesadas en aprender a hacer reir, porque todas eran muy graciosas en sus respectivas vidas. Conversamos un poquito y todos explicamos que nos parecía bueno ser clowns porque todos nos sentíamos un poquito clowns de por sí, por aquello de ser divertidos y saber hacer reir. Y entonces vino la profesora y nos dijo con una sonrisa genial que todo esto que uno piensa que es el clown, no lo es para nada. Nos explicó que la razón de ser del clown no es la risa. Que el clown lo único que hace es mostrarse tal y como es frente a un público que lo observa. Solo eso, que suena simple, pero es demasiado difícil:



"Hola. Soy Kenny, y la tierra es redonda"

   Levántate y di eso ahorita. Obviamente tienes que decir tu nombre, y pensarás en cómo lo dirás, cómo lo expresarás, cómo caminarás, si caminarás, si declamarás con los brazos, y miles de cosas más, porque estamos acostumbrados a actuar frente a los demás y no lo dirás como eres realmente tú, sin pensar en nada, simplemente siendo tú mismo. No somos iguales con los amigos, con los colegas, con los desconocidos, con la enamorada, o con quien sea, porque con cada uno interpretamos a un personaje y depende de cada situación. El clown hace todo lo contrario. Se muestra tal como es frente a los demás. Y no sabes lo difícil que es porque nunca lo has intentado, y tienes que estar en un taller para que sepas qué se siente pararse frente a todos, que te miren y que puedan verte como eres realmente, y que se conecten contigo porque es solo en ese momento en el que ellos se reconocen en ti, porque por primera vez te ven sin máscaras, con tus miedos y debilidades, y les pareces tan real que no les queda mas que sonreir ante tamaña belleza y reir cuando ven que tú eres un poquito ese ellos que nunca dejan que nadie vea. Y en esa simple observación se genera una transformación a la luz de una verdad que no suele percibirse, porque te haces consciente que no estás solo y que tú eres como todos los demás; imperfecto.

   Y me quedo corto tratando de explicar todo lo que significó un taller de solo dos días y cómo me cambió y me marcó para siempre. Muy recomendable para todos los que quieran ser realmente felices; es un viaje que no olvidarás y que tienes que llevar para que sepas cuánto te hubieras arrepentido de nunca haberlo llevado.

PD: Por cierto, acá hay un link donde puedes entrar y averiguar de ese taller. Se llama "De vuelta al juego"

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