Yo me considero un perfeccionista, pero solo en aquello que puedo controlar. Felizmente aprendí que hay mucho que uno no puede controlar, lo que me permite vivir más relajado y menos obsesionado con pequeños detalles por todos lados. Además, solo es para asuntos que me importan, como debe ser con la mayoría de los perfeccionistas.
Últimamente ha comenzado justamente una onde de entender que nada puede ser perfecto y que buscarla puede hacer perder tiempo innecesariamente cuando podías entregar, por ejemplo, un producto lo suficientemente bueno, sin ser perfecto, y tiene sentido. Solo que esa forma de ver el mundo me genera cierta desazón. Por lo tanto, propongo no aceptar la imperfección, si no buscar la perfección inteligente.
Para empezar, la parte de perfeccionista se debe mantener. Eso no debe quitarse. Lo que quiero hacer con lo de "inteligente", es que las obsesiones y frustraciones que provoca se conviertan en manejables y en generador de tensión creativa, pero obviamente tiene que mantenerse en el ámbito de lo práctico.
Para ello, se debe empezar por identificar lo que no se puede controlar. Tiene que haber un análisis previo y exhaustivo para todo aquello que no puede controlarse, para restarle importancia en caso sucediera, o planificar al máximo cómo mitigar sus efectos. Esto también dentro de un marco lo más racional posible. Recuerda que la tendencia a lo obsesivo te puede dominar, pero creo que un análisis estadístico puede solucionar el tema. Además, con esa prevención me parece que será suficiente para tener la sensación de tener "todo controlado" aunque realmente no lo esté.
Luego, puedes dar rienda suelta a toda tu obsesión hasta el límite que el tiempo de entrega te lo permita. La idea es no perder el tiempo y obsesionarse en lo que no interesa y que se invierta esa obsesión en lo que interesa y agregue valor a lo que hagas.
Esto generará también que no tengas que convivir con gente que quiere dar menos de lo que pueden dar o que se conformen con una entrega mediocre. Podrás seguir exigiendo solo perfección. Yo tengo la ilusión de que algún día caiga en un círculo virtuoso al límite en el que yo sea expulsado de algún lugar por no ser lo suficientemente perfeccionista. Creo que eso sería un problema que me gustaría tener.
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