martes, 18 de marzo de 2014

¿Cómo sabes que mañana despertarás?

Me desperté de madrugada con un cólico. En esos casos la solución siempre es acercarse al baño a que el cuerpo se encargue de lo que tenga que encargarse. El cólico aumentó como en estos casos, y el dolor y el malestar también aumentaron. De pronto me di cuenta que mi cerebro estaba confundido. No podía hacerlo funcionar claramente. Una serie de ideas se entrecruzaban y tuve que esforzarme en volverlo a controlar y me daba cuenta que veía una imagen que me parecía conocida. Mi cerebro la asociaba a algún lugar ya conocido, pero no era lo que estaba viendo antes de la confusión. Y de pronto me di cuenta que estaba en el suelo de la ducha. Lo que estaba viendo era la esquina del suelo de la ducha. Logré ordenar adecuadamente mi cerebro para incorporarme. Me había desmayado al parecer, por un breve periodo de tiempo. Podría haberme golpeado la cabeza. Podría haber sido algo más grave lo que pasó. Podría no haber vuelto a despertar. Teóricamente fue una caída de la presión lo que me hizo perder la consciencia por un instante, pero un instante suficiente como para no despertar jamás nuevamente. ¿Qué pasaría si no despertaras nuevamente? En este instante, o luego de leer esto, te vas a dormir, y no despiertas jamás. O simplemente tu cerebro deja de funcionar y no vuelves a sentir lo que es estar vivo. ¿Hubieras sido feliz? ¿Hubieras conseguido todo lo que hubieras querido conseguir? ¿Valdría la pena que vuelvas a despertar? ¿Y qué pasaría si te dijeran que si vuelves a dormir no vuelves a despertar? ¿A dónde irías? ¿A dónde podrías ir? Porque de repente si le dices mañana mismo a tus seres más queridos para verlos, ellos te dirán que estarán ocupados. Solo aceptarían si les dijeras que es tu último día vivo. Y tal vez te dirían que irían a verte después de trabajar.

   Y no te ando diciendo que no trabajes. Esto es para que recuerdes que la vida es corta. Porque ahorita no sabes durante cuánto tiempo estarás vivo y no hay nada que puedas hacer mas que en un tiempo llamado "ahorita". Y seguramente tampoco vas a dejar todo para que sigas haciendo lo que quieras, pero tienes que pensar que tampoco puedes posponer la felicidad para siempre. Puede que mañana no despiertes, y todo eso que haces pensando en un futuro, es por un futuro que tal vez no llegues a ver nunca más.



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