sábado, 8 de octubre de 2011

No me gusta el fútbol peruano.


Un domingo terminé de ver el especial del pentacampeón Brasil. Hablaron de Romario, Bebeto, y otros más que no recuerdo ahora, pero que antes recordaba y vi maravillado cómo jugaban y emocionaban con lo que hacían en la cancha. Inmediatamente después de el especial, presentaron el primer partido del campeonato nacional. Una cag***. Desde el estadio, barras, jugadores, etc. La comparación fue excesiva y en demasía. Obviamente el fútbol peruano no le llega ni a los talones al fútbol mundial, y las razones son variadas:

1) Los jugadores. ¿Cuántos jugadores realmente hacen lo suficiente para ser los mejores jugadores que pueden ser? No conozco muchos jugadores de primera mano, pero sé que buenos jugadores terminan siempre en escándalos. Y sobre todo porque ni veo la garra a la hora de jugar. Jugador que se tira para generar penal en vez de buscar pelota, no busca ser el mejor en lo que hace. Jugador que busca criollada en vez de ser el mejor, poniendo el brazo, empujando y demás, no se va a esforzar en ser el mejor. Y peor cuando me enteré que les enseñan en las academias de fútbol cómo faulear sin ser detectado. Aún tengo la imagen de el cóndor Mendoza, haciéndosele imposible patear con su pierna derecha una pelota frente al arco. ¿Un profesional, y seleccionado nacional, que no usa las dos piernas, qué significa? Que no hay clubes serios en la preparación de los jugadores.

2) Los clubes. ¿Qué es un club? ¿Qué es lo que buscan estos clubes? Pues plata. Pero plata fácil, a la mala, y como puedan, de la recontra corto placista. Y esto se sabe porque no tienen preparación de menores. No tienen ordenadas sus estrategias de crecimiento. Y sobre todo, Burga sigue en una posición sin un sueldo real. No hay forma que alguien siga en esa posición sin los dirigentes que lo apoyan por razones económicas, y si alguien como Burga que tampoco tiene una estructura para el desarrollo del fútbol peruano que sea conocida, sigue en esa posición de poder, es porque también se manejan sus propios intereses económicos. Aquí prima la ley de cómo sacar más plata.

3) La hinchada. Las barras bravas. El odio, y la violencia contra el que es del otro equipo, es la base de las barras. No buscas apoyar a tu equipo solamente. Buscas agredir al otro. Solo porque no es de tu equipo. Es como una guerra de monos en la que nadie sabe para qué lo hace. Ya lo dije en este post anterior; si los que se dicen hinchas y andan en las barras y demás, no han hecho nada por tanto tiempo para parar este asunto, entonces simplemente no les interesa. Es como cuando tus patas se pelean; tú te metes en medio para que no se peleen. Pero si sabes que esto pasará, y lo dejas pasar, te conviertes en cómplice y responsable.

4) El fútbol no aporta nada mas que entretenimiento. Yo soy deportista. Yo juego básket, vóley, y estoy seguro que puedo con cualquier otro deporte. Yo sé que el jugar con el otro me sirve para mejorar como deportista, porque esa justamente es la base del deporte; la mejora continua, y la autosuperación. Es en la competición en la que ves qué necesitas mejorar, y entiendes que el otro es importante para mi mejora continua. ¿Qué valores deportivos puedo ver en los partidos de fútbol peruano? Con todo lo anterior, no veo mas que entretenimiento. ¿Han visto al Barcelona? Las expresiones de espíritu de equipo han dado la vuelta al mundo. Son un ejemplo extraordinario. Los jugadores no fueron capaces ni de sugerir qué pueden hacer ellos para disminuir la violencia entre barras. Solo atinaron a decir "No es solución jugar con camiestas intercambiadas" y nada más. Pero cuando no les pagan, ahí sí que hacen mancha y deciden no jugar. ¿Qué es lo que transmite esto del fútbol a los demás?

   Por todo esto, no me gusta el fútbol peruano. El que ganen algunos partidos no me dice que el fútbol ande mejorando. Cuando vea que el fútbol tenga mayor valor que el de simple entretenimiento, a través de lo que comience a transmitir como conjunto, ahí creo que puede comenzar a gustarme. Por ahora, cada vez que haya un partido que no sea de implicancias internacionales, no tendrá sentido para mí informarme sobre él. Y creo que clubes mediocres, jugadores mediocres, e hinchas mediocres, estarán por demasiado tiempo, porque no tienen ningún interés de ser algo distinto.

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