sábado, 10 de agosto de 2013

Yo juego voley, sé bailar bien, uso ropa fuera del estándar, no me gusta la cerveza y apoyo el matrimonio homosexual

Y no tengo porqué decir si soy o no gay. Y eso es lo importante. Cuando sale el tema, a mis amigos que veo que tienen algunas actitudes homofóbicas, trato de no darles la contraria, pero sí hacer expresa mi opinión de apoyar el matrimonio igualitario, rechazar la homofobia y sobre todo esa que es inconsciente, y expresar cómo es que muchos no nos damos cuenta que estamos afectando a los demás con nuestras "opiniones". Aún tengo muchos conocidos que los dejo hablar cuando hacen chistes sobre cuándo jugaré deportes para hombres, o porqué es que no uso ropa normal, o porqué es que hago tanta publicidad pro-gay. Creo que ahí siempre esperan que diga si soy o no soy homosexual. Nunca lo hago. No tengo porqué. No tengo para qué. Espero que duden. Que no sepan cómo actuar. Que se den cuenta que al rato no andan pensando en eso y que no importa qué opción tengo, y por lo tanto tampoco importe cuál sea la opción que tenga cualquiera. Que piensen que tal vez si hacen algún comentario de asco hacia un hombre vestido de mujer, o una mujer vestida de hombre, podrían estar ofendiéndome, y se lo guarden. Creo que así es mejor. Que se avergüencen de cómo piensan. Que les dé vergüenza expresar su inconformidad por alguien solo porque no le gusta lo mismo que a él. Que le dé roche. Que se encierre y no se permita ser así frente a mí, y que dude si serlo frente a otros. Que aprenda qué es tener que no decir lo que piensa realmente, aunque para su caso, sí sea algo que debería avergonzarle en cualquier situación.




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