Caminaba el señor a razón de un metro cada 2 segundos, me parece. No movía el lado derecho del cuerpo con soltura, por lo que avanzaba lo que podía en cada balanceo de su cuerpo, haciendo que su avance sea muy lento. Cargaba un paquete de papel higiénico de esos de 24 rollos. Tenía un rollo de estos en la mano, y se veía claramente que estaba vendiendo los rollos al por menor. Era vendedor ambulante, y seguramente era para poder sostenerse, a pesar de estar casi con medio cuerpo paralizado.
Ella no tiene ganas de vivir. Su vida le parece innecesaria, aburrida, y está hastiada de tener que seguir viviendo más por miedo a su muerte y no saber qué habrá, que por querer disfrutar la vida. Tiene un trabajo. Gana más que lo que muchos quisieran. Tiene más de lo que muchos quisieran. Pero es infeliz. No quiere vivir, porque no le encuentra sentido a la vida. Un día de estos se armará de valor para terminar con ese sufrimiento.
Gente que quiere vivir y se aferra a esta, y gente que vive por vivir, deberían hacer un mutuo acuerdo. Ya no deberían haber suicidas en el mundo. Deberíamos hacer un centro para todos los suicidas, para que puedan donar su vida. Si ya no quieren vivir, ¿qué mejor que alguien que sí quiere que lo utilice como medio para poder hacerlo? Esta chica que no quiere vivir, debería estar al mando de este señor con medio cuerpo paralizado. Si ella no quiere vivir, que ponga su vida al servicio de alguien más. Este señor, si con medio cuerpo paralizado todo lo que puede hacer, ¿qué no haría con cuerpo y medio? Seguramente el señor vería la mejor manera de sacarle provecho. Incluso se me ocurre que querrá aprovecharse de la chica, pero bueno; también querrá mandarla a trabajar o a hacer todo lo que él no puede hacer por sí mismo. Y yo supongo que la chica o se cansa de eso y quiere vivir su vida nuevamente, o aprecia todo lo que ella tiene al ver a lo que los demás les falta y deja de andar pensando huevadas. Sea como sea, sería un experimento interesante a ver qué ocurre si hacemos algo de esto. Digo no más.
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