Llegaba a mi casa, y escuché un grito desesperado. Un muchacho gritaba de dolor, y parecía venir de la cuadra de la vuelta de mi casa. Recordé que alguna vez vi un reportaje donde un pata mató a su esposa, quien gritó desesperada por ayuda, y de dolor. La apuñaló n veces. Nadie la auxilió ni durante, ni después. Todos sus vecinos pensaron que alguien más la ayudaría. Nadie hizo nada.
Entonces me fuí a ver si alguien necesitaba mi ayuda. Caminé un poco, y encontré que eran dos grupos de pandilleros peleando. Incluso tuve que correr porque la pelea amenazaba con acercarse donde estaba yo. No podía hacer nada en ese momento. Esos muchachos son los que robarán, o ya roban, y no tendrán un trabajo digno, ni acceso a desarrollar su potencial, y tendrán un hijo que tendrá maximizados sus problemas. Y no podía hacer nada en ese rato. No podía ir a hablar con ellos en ese instante y decirles que no tiene sentido eso que hacen. Que sus viejos no han podido darles oportunidades pero que allá fuera, si se la fajan, pueden ser y hacer lo que quieran. ¿Quién soy yo para ir y decirles algo así?
Esa no es una solución. La solución real es ir a las casas de cada uno, y ver qué clase de padres tienen, y ver si a través de estos, podemos hacer que esos chicos se dejen de estupideces. Pero claro; el problema que se tendría para "ayudar" al chico, se tendría en mayor proporción para ayudar al padre, porque nadie quiere que le digan cómo hacer las cosas, porque todos hacen el mejor esfuerzo. Seguro que ese papá cree que trabajar es suficiente, y que el chico es grande; que tiene que aprender a tomar sus decisiones, y es verdad; pero eso no nos está resultando. ¿Es que debo quedarme mirando cómo mi barrio se va a la mierda? Pos no. Pero no es fácil. Hay mucho por hacer. Empezaré de a pocos, pero empezaré. En el camino iré resolviendo algunos temas, pero iré resolviendo. No dejaré que mi barrio tenga chicos sin oportunidades, y no porque sea buena gente; es porque no quiero que mi barrio se vaya a la mierda.
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