viernes, 18 de febrero de 2011

Yo le di la mano a Antauro Humala


La mano de Antauro Humala era bastante suave, la verdad. Me soprendió. Le di la mano y lo conocí en persona cuando fuí al centro de Lima, para llevarlo a que nos hable del Etno-Cacerismo, en la Facultad de Ingeniería Industrial y de Sistemas de la UNI.
    Mas o menos la base era que se tomaba el tema de la etnia como una característica importante a considerar, y dar prioridad en las políticas de estado. Y también se tomaba a Cáceres como ejemplo de actuación, como una persona a seguir. Recuerdo que dijo que si su formación hubiera sido médica, hubiera terminando hablando del Etno-Carrionismo, en honor a Alcides Carrión. También recuerdo que la idea era no depender ni tomar ideas extranjeras, incluídas las científicas. Por lo tanto, para la tecnología celular, por ejemplo, su idea era empezar desde 0, así tuviéramos que tener celulares del tamaño de una mochila.
    Estos datos eran importantes, pero lo que más me llamó la atención, fue la gente que encontré en la oficina donde se producía el Diario "Ollanta". Eran los llamados reservistas. La verdad que tenían un aspecto bastante callado y sumiso. Conversando un poco, para pasar el tiempo, me dijeron que todo lo que salía en "Ollanta" era escrito por Antauro, y que todos esperaban que llegara Ollanta, para seguir con todo lo avanzado.
    Mi conclusión en ese entonces, era que ese grupo andaba en progreso de convertirse en un grupo violento. Incluso en esas épocas lo publiqué en artículo al respecto, este de aquí del 2003, donde me parecía que era importante que el gobierno debía tenerlos bajo una mirada cuidadosa. Dije "Espero equivocarme pero la fórmula es la misma. Desencantamiento social, un mesías y violencia.". El tiempo me dio la razón.
    Actualmente todo esto ha ido cambiando. Luego de esa experiencia, la verdad que yo no confío en los nacionalistas. Sobre todo porque los nacionalistas que veo y conozco siguen siendo resentidos sociales, que pareciera escondieran su violencia en sus frases que buscan siempre atacar, pero casi nunca los escucho construir. A mí nadie me saca de la cabeza a esos dos reservistas que vi en la oficina del centro de Lima. Parecían fanáticos. Yo creo que esa es la base del nacionalismo. El fanatismo. No me agrada.

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