miércoles, 10 de marzo de 2010

El dilema existencial

Resumen: Trato de explicar y ayudar a encontrar una solución al dilema existencial

Todo tiene una finalidad que lo hace existir. Nada en este universo, existe sin una finalidad. En el momento que existe, tiene ya una finalidad, u objetivo que cumplir por lo que comienza a existir. Así, el dilema existencial se reduce a tener que saber cuál es la finalidad por la que uno existe (Ojo que el supuesto es que, si queremos ponernos estrictamente filosóficos, nosotros sí existimos). Pensando en mi finalidad, me di cuenta que me era dificilísimo poder encontrar una, y poder demostrar que la conclusión a la que llegara, realmente era mi finalidad. Entonces, busqué tomar un sistema más amplio para mi análisis. Busqué entender la finalidad del humano, como un todo, o como especie, y tampoco se me hacía muy lógico encontrarle una al humano en general, sin entenderlo en su contexto como animal, o como parte de algo que podemos denominar “vida”. El asunto está que una vez determinado a encontrar una finalidad a todo lo que me parezca “vida”, se me hizo bastante obvio, que todo aquello que se denomina “vivo” o que tiene vida, y que para ejemplos serían animales o plantas, todo lo que hacen, y cada proceso que tienen, tiene un solo objetivo; la supervivencia. Pero es una supervivencia entendida en tres aspectos, y cada cosa que el ente vivo hace, cae en uno de estos tres aspectos:
  • La supervivencia del individuo
  • La supervivencia de la especie
  • La supervivencia de la vida en general.

      Es bastante interesante ver que incluso el descanso, la cacería, u otro tipo de comportamiento poco comprendido por nosotros, tienen un aporte en cualquiera de estos tres aspectos. Cada cosa que un ser vivo hace, apoya cada uno de estos objetivos de alguna manera. Entonces, podemos entender que lo que denominemos como “vivo”, es aquel ente que todos sus procesos, aportan de alguna manera a la supervivencia, entendida en alguna de estas 3 que he mencionado. Con esta definición, los virus caerían en la definición de ser vivo, porque los virus, a pesar de exterminar individuos, buscan su propia existencia, y además favorecen a la selección natural, cumpliendo con las definiciones de búsqueda de la supervivencia.

      Una vez entendido a qué podemos llamar vida, era bastante obvio que todos los seres de la naturaleza, que no son humanos, tenían este comportamiento sin inconvenientes. Entonces, pasé a analizar a la especie humana, y me doy con la sorpresa que esta es la única especie, que todos sus comportamientos, no van dentro de la búsqueda de la supervivencia, si no que parece que buscara justamente lo contrario. Justamente el tipo de vida que se lleva, que sustenta todo el proceso que nos está llevando al deterioro del planeta, rompe por completo con la búsqueda de la supervivencia. Entonces, ¿qué diablos hace una especia que debería aportar a la supervivencia, haciendo todo lo posible, por ir contra esta? Esto no lo he podido descifrar, pero sí he podido entender que la razón por la que escribo estas líneas, es también la razón por la que hemos caído en tal comportamiento; la autoconsciencia, o lo que llamamos, razonamiento. Eso que nos hace distinto de los animales, es lo que hace que vayamos en contra de lo que en principio fue la razón de la existencia. Esto querría decir que la naturaleza se ha equivocado, al menos en el corto y mediano plazo, en otorgarnos esta consciencia o razonamiento, porque ha contravenido contra los intereses regulares de todo ente vivo. Es como si esto nos empujara a ser justamente lo contrario a aquello para lo que existimos. Por esto, tuve que entender que el dilema existencial que todos tenemos tiene que ver más con entender porqué tengo una consciencia que me permite razonar, y una capacidad de abstracción que me permite decirme a mí mismo que existo. Incluso, este razonamiento que hemos adquirido, es lo que justamente me provoca la necesidad de saber para qué existo. Lo malo es que no le veo una finalidad clara a esta consciencia. Pareciera que solo ha traído problemas que soluciones, desde que nos fue brindada. Esperemos que el conocimiento adquirido por la naturaleza contemple esta fase de adaptación por la que se anda pasando, o finalmente nuestra consciencia desaparezca para que la vida pueda seguir su curso. Si no, estaremos en peligro de extinción, mientras tengamos a alguien que se le ocurran maravillosas ideas para hacer de este “un mundo mejor”. Yo seguiré buscando determinar mi dilema existencial.

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1 comentario:

  1. Interesante Kenny...recién leo tu post...yo creo que la supervivencia es una circunstancia del ser, mas no la finalidad del ser en sí mismo...es como en las ecuaciones matemáticas, que frente a un resultado las variables asumen comportamientos para llegar a dicho resultado...pero el fin, no son las variables, sino el resultado, pues las variables se configuran (supervivencia) para que lleguen al resultado...el resultado se da en ciertas condiciones y las variables buscan cumplir esas condiciones...si no conocemos el resultado (la finalidad) creeremos que la finalidad son las variables y la configuración de estas traerá resultados contradictorios...eso es un punto...otro punto es, si nosotros recibimos intelecto o capacidad de dudar o pensar o como quieras llamarlo, entonces la finalidad del ser no está en nosotros, sino fuera de nosotros puesto que lo recibimos no de nosotros mismos, sino que nos fue entregado por alguien fuera de nosotros...eso es fácil de darse cuenta pues si creemos que debe haber una finalidad en el hombre ¿de dónde sacamos la idea de que debe haber una finalidad? ¿por qué nos importa tanto saberlo?...los demás seres no se preguntan cuál es la finalidad del todo (bueno, a los hombres nos consta que los animales no son racionales) al menos que ese ser que nos hizo estar en esta realidad haya impregnado en nosotros este sentir para que lo encontremos... para terminar, te doy un adelanto, lo que dijo Blaise Pascal: "Sin Jesucristo jamás hubiera sabido quién soy, de dónde vengo y a dónde me dirijo".

    Saludos cordiales.

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