domingo, 1 de mayo de 2011

Mi voto egoísta


En la naturaleza, el modo de actuar y reaccionar en los animales está tan bien diseñada que aportan al objetivo mayor de la vida en general, que es la supervivencia (Aquí explico un poco al respecto), sin necesidad de grandes análisis y estudios.
   Pero en el humano esto no se cumple. Nuestros deseos e intenciones no andan alineados. Incluso muchas veces se contrarrestan. Estas elecciones son así; tú y yo votamos egoístamente, tú pensando sólo en ti, y yo solamente en mí. El problema es que con el mundo humano, no natural, diseñado por este, la perfección de la naturaleza la opaca al nivel de la estupidez. Vamos a votar por un presidente posiblemente dictador o por el otro con mayor posibilidad de ser dictador. Y lo peor es que no depende de quién sea el que esté leyendo, esto será verdad siempre, porque los dos candidatos tienen vicios, haciendo a uno más dictador que el otro, y nuevamente entenderás como prefieras quién es el mayor dictador (Yo no ando apoyando a uno o a otro; yo voy a votar viciado).
    Pero entonces, ¿cómo hacemos que los votos no sean en favor o en deterioro de tal o cual grupo de personas? COORDINANDO. Esto es lo que nos hace falta. No conversamos.No nos entendemos. No admitimos posiciones diferentes. No buscamos estar de acuerdo. Yo quiero que estemos de acuerdo. No quiero que seamos egoístas. Quiero que tú y yo pensemos en los demás también. Pero es difícil. La gente es difícil, tú eres difícil y yo soy difícil. Empecemos. Conversemos. Pensemos en el bien de todos; no en el nuestro y al carajo los demás.