lunes, 7 de septiembre de 2009

Porqué los bailarines afeminados nunca serán exitosos

A mí me gusta mucho bailar, y creo que tengo el ritmo suficiente para considerarme un buen bailarín. Además, esto me hace pensar mucho en esto del baile, además que me gusta mucho ver y analizar cuando hay alguien que baila bien. En este caso, me puse a pensar en el fenómeno este de los bailarines, y como siempre entre estos resalta la cantidad de bailarines hombres afeminados que se dedican a bailar en eventos y show infantiles, y que pueden verse en las presentaciones en distintos centros comerciales de la zona norte donde yo vivo. Algo que también he observado es que en los grandes conciertos, donde hay gran cantidad de bailarines profesionales, NUNCA he visto alguno afeminado. Me he preguntado y respondido el porqué.

      Empecemos analizando porqué o qué hace que haya una profesión como la de bailarín. Cuando alguien se presenta en escena, tiene que hacer algo que no se ve regularmente, y que es algo apreciado de alguna manera por los demás, y por lo general es algo que a uno le gustaría poder hacer, realizar, o es una habilidad que gustaría tener, ya que es algo que encontramos interesante incluso de observar. Hay una especie de admiración y envidia, por aquel que puede hacer ese algo que no todos pueden, y que a uno mismo gustaría poder hacer, por ello. En el caso de los bailarines, quien se presenta en un escenario es porque hace algo que los demás no pueden y tan solo pueden admirar-envidiar. Entonces, ¿cuál es el problema con los bailarines afeminados?

      En el caso de los bailarines son solo dos opciones de género para los bailarines; o es hombre o es mujer. Analicemos primero el caso de las mujeres. Cuando una mujer se presenta en el escenario, hay un publico espectador, que la admirará-envidiará. El público, para el análisis, diremos que estará formado por la mitad de hombres y la mitad de mujeres, aunque creo que la proporción masculina es mayor, pero simplifiquemos para que entiendan qué quiero decir. Si la mitad del público es femenino, este grupo admirará-envidiará a la bailarina por ser capaz de hacer algo que ellas no pueden, y es por esto que gustará a estar parte del público. Verán en ella reflejados algo que ellas mismas quisieran ser. La otra mitad del público, el masculino, admirará a la bailarina porque también es capaz de hacer algo que ellos admiran en una mujer; bailar bonito. Se ha comprobado que el baile es un tema de expresión sexual. En la naturaleza, las especies masculinas y femeninas hacen danzas para atraerse mutuamente. En el hombre no es ajeno, y una bailarina es sexy de por sí. Así es como se explica que exista el vedetismo en nuestro medio. Entonces, generará admiración e incluso deseo por el público masculino. En el caso que el bailarín sea hombre, el análisis será similar. Será admirado por los hombres que les gustaría ser como el que está en el escenario, y será deseado por el público femenino por el asunto de la atracción sexual.

      Ahora analicemos el caso de bailarines afeminados. La parte del público que es femenino, no verá en él los rasgos de atracción sexual que en un bailarín no afeminado tiene. Incluso generará cierto desconcierto porque es el del escenario el que no es femenina, y busca tener un comportamiento afeminado, y tratando ser algo que el público femenino ya es, sin ningún esfuerzo, y que no tienen porqué admirar; la femineidad. Entonces, este bailarín afeminado ya ha descartado a la mitad del público que vea su presentación. Ahora analicemos el público masculino. Esta parte del público no podrá apreciar al bailarín, porque es algo que este no puede admirar, porque es algo que no quiere ser. No es algo que ellos sientan que puedan ser, incluso porque justamente al ser afeminados aniquilan algo que tiene el baile, que es la atracción del sexo femenino. En todo caso, estadísticamente hablando, solo la proporción con deseos de ser afeminados del público masculino será la que encuentre en el bailarín afeminado, alguien a quien admirar-envidiar. Por lo tanto, el bailarín masculino afeminado ha perdido gran parte de la admiración del público por este rasgo de amariconamiento que presenta. Por lo tanto, nunca podrán ser un bailarín afeminado exitoso, porque nunca podrá llegar a tener el aprecio de una gran cantidad de público, que es justamente lo que los que se dedican a estos necesitan.

      Solo queda aclarar que no ando diciendo que los bailarines no puedan ser homosexuales. Eso no es lo que he puesto en discusión. Lo que planteo es simple; si quieres ser bailarín profesional, tienes que entender que siendo afeminado no llegarás a la mayoría del público, que es lo que necesitas para ser un bailarín exitoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario